domingo, 8 de marzo de 2015

El Marco de Referencia en los trabajos de investigación académica  

El marco de referencia, como su nombre lo indica, es la parte del trabajo que permite al investigador plasmar los diferentes conceptos  y teorías que sobre el problema o tema de investigación han expuesto previamente diferentes autores o investigadores. En ese sentido, el marco de referencia debe comprender, mínimo, dos grandes componentes, el marco conceptual y el marco teórico. En el primero de ellos, el investigador plasmará todo lo que se ha conceptualizado sobre su problema de investigación. Por ejemplo, si el problema de investigación está relacionado con problemas hiperactivos en niños, en el marco de referencia deben aparecer los diferentes conceptos que sobre dicho tema han sido tratados previamente, tales como: qué se conoce como hiperactividad, cuál o cuáles son las diferentes formas de conceptualización y cuál o cuáles los signos y síntomas que debe presentar un niño para que sea diagnosticado como “niño con trastornos hiperactivo”, etc. La función que cumple, en este sentido, el marco de conceptual es la de ilustrar al potencial lector sobre el tema tratado en la investigación, por un lado, y por otro, demostrar, mediante el escrito, que el autor conoce del tema y que lo enfocará desde el punto de vista que está siendo utilizado en la construcción del marco de referencia.
Por otro lado, el marco conceptual también permite la construcción y delimitación de un lenguaje artificial, técnico, propia de la actividad científica. En este sentido, Ladrón de Guevara, (1978), citado por Méndez, (2002), señaló:
El conocimiento científico en su conjunto comparte el hecho de que se vale de un lenguaje para formalizar sus proposiciones. Es decir, que el proceso de construcción teórica, esto es, de explicaciones, se apoya en una base conceptual que se traduce en signos y símbolos dotados de una cierta valoración dentro de las proposiciones y dentro de la estructura misma. El lenguaje  al que nos estaos refiriendo son los conceptos y la base lingüística sobre la que se apoya (pág. 110).
El marco teórico, por otro lado, cumple una función explicativa del fenómeno  en estudio. En ese sentido, en el marco teórico se exponen y debaten las explicaciones dadas previamente por otros investigadores sobre el tema que se está tratando. Si en el marco conceptual se describieron conceptualmente algunos elementos del estudio, el marco teórico cumple con la función de explicarlos. Recordando que la descripción y la explicación, son dos de las funciones de la ciencia. Siguiendo con el ejemplo del trastorno hiperactivo, en el marco teórico se expondrán, y si es del caso, se debatirán, las diferentes explicaciones que sobre este trastorno han expuesto expertos e investigadores con anterioridad.
Por lo general, en la construcción del marco conceptual se aceptan tal y como aparecen las definiciones o conceptos dados por los investigadores previamente, en tanto que en el marco teórico la situación podría cambiar, es decir, cuando el investigador está construyendo el marco teórico, no es un ente pasivo que  transcribe lo que lee, al contrario, es en este apartado en que el investigador demuestra su sapiencia sobre el tema que está tratando, evidenciando conocer varias de las teorías que se han expuesta para explicar su objeto de estudio o tema de investigación, debatiendo las que carecen de fundamento y aceptando o ampliando las que han demostrado mayor validez y confiabilidad.
Lo anterior se debe a que hay diferentes teorías que explican un mismo fenómeno de manera distinta. En efecto, las posiciones epistemológicas se ven reflejadas en los diferentes paradigmas explicativos de un mismo fenómeno. En el ejemplo del trastorno hiperactivo se pueden encontrar diferentes formas  explicativas, que van desde un trastorno neurológico no detectado mediante técnicas de resonancia, imageneología o electroencefalografía, hasta explicaciones del tipo que el niño que presenta este trastorno obedece a algún tipo de neurosis. Es ahí, precisamente, donde el investigador podría a entrar a confrontar las distintas tesis, quedándose con una de ellas que es la que sustentaría su trabajo.
Por otro lado, el estudio de las diferentes tesis de anteriores autores o investigadores sobre un mismo tema podría llevar al investigador a reformular sus propias tesis. Si bien es cierto, que el principio de parsimonia señala que de entre varias teorías igualmente validadas que explican un mismo fenómeno el investigador ha de escoger la más sencilla, (Zinser, 1989), no es menos cierto que en la actividad investigativa, el investigador puede llegar a exponer sus propios puntos de vista y proponer nuevas teorías.
El marco conceptual y el marco teórico no son los únicos que aparecen en el marco de referencia. Son, como ya se señaló, los dos componentes mínimos que deben estar plasmados en el escrito. Dependiendo del tipo de estudio y del tema de investigación, pueden, y deben, parecer citados en el marco de referencia, otros marcos tales como el legal, donde el investigador plasma las normas legales relacionadas o que apoyan su objeto de estudio. Por ejemplo, si lo que se pretende es establecer cuáles son las consecuencias del acoso laboral en la motivación de los empleados de la industria del cuero, por señalar un caso, es necesario que el investigador profundice en el estudio de las diferentes normas legales que definen y regulan el acoso laboral. Lo anterior también es aplicable a otro tipo de investigaciones, como por ejemplo, lo relacionado con el comportamiento criminal o investigaciones similares.
Otro marco que puede aparecer es el histórico, en el cual el investigador describe el comportamiento a través de la historia de su objeto de estudio. Ello debido a que el cocimiento no se da por generación espontánea, sino que obedece a procesos complejos donde se conjugan distintas variables, entre ellas, las condiciones temporo - espaciales. Es lo que Boring, (1978) llamó, el Zeitgeist, o espirito de los tiempos. En una investigación, por ejemplo, sobre la creación de empresas económicas en Colombia y América Latina, no se pueden desconocer los tiempos ligados a procesos de apertura económica y de globalización de la economía. Dichos procesos obedecen, asimismo, a condiciones históricas determinadas que son necesarios explicitar en el marco de referencia.
El marco histórico le permite al investigador ligar históricamente su objeto de estudio con las condiciones temporales en donde va ha desarrollar su investigación. La investigación se ha de circunscribir a unas condiciones temporales específicas, en ese sentido, señala Méndez, (2002):
Recordemos que una de características de las ciencias fácticas es el relativismo, aspecto explicado en el primer capitulo de este libro. Justamente, este concepto permite comprender la necesidad de definir “el tiempo” dentro del cual se enmarca la investigación prepuesta (pág. 113).

El marco temporal remite al espacial, recordando que tiempo y espacio forman un continuo en el cual el uno permite la explicación del otro y éste a su vez el de aquel. Tiempo y espacio son dos variables que al ser conjugadas y ligadas a otras variables, permiten explicaciones validas y confiables a fenómenos determinados. Un ejemplo de ello es el estudio de las funciones musculares. En el tiempo en que vivió Leonardo da Vincci,  en Venecia, no estaba permitido el estudio anatómico post mortem. Las condiciones políticas y religiosas, dos variables ligadas a la variable tiempo, no lo permitían. Sin embargo, en los tiempos de Galeno si lo estaban. Por ello, no es lo mismo estudiar las funciones musculares en la actualidad (marco temporal) que haberlas estudiado en épocas de la Santa Inquisición.
Por otro lado, no es lo mismo estudiar las funciones musculares en occidente, Estados Unidos, por ejemplo, que hacerlo en Afganistán dominado por los talibanes. Ahí las condiciones espaciales, en donde imperan condiciones políticas determinadas, juegan un papel importante. A nivel empresarial, no es lo mismo estudiar la creación de empresas hoy, en un mundo globalizado y de apertura económica, que hacerlo en los tiempos de proteccionismo económico. De ahí la necesidad de definir, en la investigación, el tiempo y el espacio en que se va a desarrollar el estudio.
 Condiciones previas a la construcción del Marco de Referencia
            El marco de referencia es el resultado del estudio previo de las diferentes posiciones teóricas y conceptuales sobre el objeto de estudio. Para ello es necesario que el investigador haga un análisis de los estudios previos, sin pretender extender la revisión bibliográfica a un estudio descriptivo tipo “Estado del Arte” completo, pero sí obliga al investigador a una revisión concienzuda, metódica y sería de los distintos materiales que sobre su objeto de estudio se han publicado, así como a trabajos inéditos, tales como investigaciones universitarias no publicadas.
Lo anterior remite al concepto de fuentes de información. En efecto, antes de iniciar el proceso de investigación propiamente dicha, el investigador ha tenido que revisar la literatura especializada dado que se puede correr el riesgo de hacer una investigación que ya fue hecha por otro u otros investigadores, o estudiar un tema el cual ha sido lo suficientemente estudiado y tratado.
            El ejercicio del investigador, una vez ha definido su objeto de estudio o “problema de investigación”, empezará por definir las fuentes de información. Se recuerda que fuentes de información no es lo mismo que fuentes de conocimiento. La fuente de todo conocimiento es la investigación, en tanto que las fuentes de información son todos aquellos elementos, incluyendo personas y documentos, que nos permiten informarnos sobre un tema en particular, las cuales pueden ser fuentes primaría, fuentes secundaría y fuentes terciarías. En ese sentido, si el tema de investigación gira en torno a la percepción que tienen las personas sobre un tipo de criminalidad especifica, por ejemplo, las perdonas serían las fuentes de información, que en este sentido serían fuentes primarias. También son fuentes primarias las investigaciones originales, los resultados de los estudios académicos y las bases de datos de organizaciones investigativas tales como los departamentos estadísticos de las empresas o los países. Recapitulando: son fuentes primarias la información que se obtiene directamente de las personas objeto de estudio, los resultados de investigaciones, los informes de gestión de las empresas, etc., es decir, toda la información que se puede tomar de primera mano. Esta información por lo general se encuentra en las revistas científicas, en los informes de gestión de las empresas, en los reportes específicos y/o estadísticos de entidades estatales y en los trabajos de grado de las universidades, entre otras.
Un buen ejemplo de la utilización de fuentes primarias es el informe de investigación intitulado La ruta de la expansión paramilitar y la transformación política de Antioquia, 1997 a 2007, López, (2008), en Para política. La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos (2008). En este trabajo, la autora señala: “Toda la información utilizada en esta investigación proviene de fuentes oficiales: Registraduría Nacional del Estado Civil, Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República y Gobernación de Antioquía (pág. 123).
            Sin embargo, los investigadores también pueden recurrir a otras fuentes tales como libros, revistas de divulgación científica y hasta periódicos o revistas noticiosas. En este caso las fuentes ya no serían fuentes primarias sino secundarias y terciarías, dependiendo de que tipo de fuentes se utilicen. Los libros de texto por lo general son fuentes secundarias, a no ser que sean libros que exponen ideas centrales de una teoría de un autor o científico. Por ejemplo, el libro La síntesis experimental del comportamiento (Ardila, 1993) es un texto donde el autor propone una forma de explicar el comportamiento humano. En ese sentido, la fuente es primaria. Sin embargo, cuando el autor cita a otros autores para respaldar su tesis, ahí el libro se convierte en fuente secundaria. Las fuentes primarias se distinguen fácilmente de las secundarias en que aquellas son de primera mano en tanto que estas lo son de segunda. Si un autor de un libro cita ideas de otros autores o resultados de investigaciones de terceros científicos, en ese caso el libro es una fuente secundaria. En cuanto a la importancia de las fuentes secundarías, Méndez, (2002) señaló:
El marco teórico supone una identificación de fuentes secundarias sobre las cuales se podrá diseñar la investigación propuesta. La lectura de textos, libros especializados, revistas y trabajos anteriores en la modalidad de tesis de grado, es fundamental en su formulación (pág. 111).

Quien escribe no estaría del todo de acuerdo con el autor citado en la  medida en que, como ya se señaló anteriormente, las revistas científicas y los trabajos de grado son más de corte fuente primaría. Sin embargo se estaría de acuerdo con el autor si cuando se refiere a los trabajos de grado hace referencia a los marcos de referencia de esas investigaciones y no a los resultados. El marco teórico y conceptual de los trabajos de grado académicos vendría a ser fuentes secundarias en tanto que los resultados de dichos trabajos serían fuentes primarias.
Las fuentes terciarias son aquellas que se encuentran en revistas y periódicos no especializados pero que se constituyen en un momento dado en fuentes relevantes, empero, se recomiendan su poca utilización en la medida de que al no ser fuentes especializadas, la información que allí se plasma carece de la rigurosidad científica necesaria para ser catalogada como valida y confiable. Una muestra de ello son las muchas rectificaciones que tienen que hacer los periódicos, dado la no veracidad de sus fuentes.
Criterios para escoger las fuentes de información
            Para el investigador novato, escoger las fuentes resulta una tarea ardua y de pocas gratificaciones en tanto que son miles y miles de textos que se pueden encontrar en las bibliotecas, hemerotecas, e incluso en la INTERNET, que no tienen ningún tipo de validez y confiabilidad. Para no perderse en la maraña de publicaciones que podrían no resultar conducentes y pertinentes en la investigación, se recomiendan las siguientes medidas: a) Año de publicación de la fuente. Al hacer una revisión bibliográfica se recomienda que como mínimo se estudien los antecedentes del problema en los últimos diez años, es decir, que la literatura que se ha de analizar tenga como mínimo diez años, lo que obliga al investigador a ser persistente en la búsqueda de la información. Sin embargo, también se exige actualidad de la información, entre más reciente, mayor probabilidad de validez y confiabilidad en la fuente; b) Autor o investigador que publica. Una de las más efectivas formas de seleccionar las fuentes es a partir de la autoridad que escribe, es decir, la seriedad e idoneidad del autor, investigador o científico. No todas las personas que escriben lo hacen a partir de estudios previos sino de disertaciones especulativas sobre los temas que tratan. En ese sentido, el investigador ha de aprender a diferenciar entre los especuladores y los escritores serios. Una forma de distinguir a los autores es a partir de sus múltiples escritos o de la relevancia de sus disertaciones. Otra forma, menos compleja es determinar la editorial; c) Las editoriales serias solo publican a autores con altos estándares de credibilidad lo que remite a su validez y confiabilidad. Las editoriales serías no solo no le publican a cualquier autor sino que adicionalmente ellas mismas se encargan de que sus libros se encuentren actualizados. Por ello es importante para el investigador conocer cuales son los autores, investigadores y científicos destacados en su campo de estudio, así como las editoriales que publican en dicho campo.
            Al investigador nobel se le recomienda que al iniciar la búsqueda de fuentes de información recurran a las prácticas ortodoxas en esa materia: visitar bibliotecas, hemerotecas y demás sitios de almacenamiento y préstamo o venta de libros, revistas y demás documentos. En la era de la INTERNET, es recurrente que los investigadores nobeles solo se limiten a este tipo de vía de consulta bibliográfica, obviando la visita física a los sitios donde se encuentran las fuentes. Esto no es recomendable.
            Una vez que los libros y/o cualquier otro documento sea seleccionado como posible fuente de información, se levantará una ficha bibliográfica, la cual debe contener el nombre del libro, el autor, año de publicación, editorial, edición, y en lo posible, una breve reseña del contenido del libro, resaltando la importancia para el investigador, es decir, si el texto es relevante desde el punto de vista teórico, conceptual, histórico, espacial o temporal.
            Una vez agotadas las posibilidades de búsqueda de las fuentes de información, el investigador empezara por hacer la selección de los textos a partir de las variables señaladas anteriormente, procediendo a su lectura. Una vez leído el material que le permita construir el marco referencial, se dispondrá a ello.
 Elaboración del marco referencial
La elaboración del marco referencial supone una gran capacidad de síntesis y de comprensión de textos por parte de quien escribe (Méndez, 2002), demandando una adecuada capacidad de redacción. Al redactar el marco de referencia, el investigador tomará, como ya se ha aclarado con insistencia, todo el material recogido con anterioridad, plasmando su abstracción y síntesis en el documento resultante. Es apenas claro y natural que lo que el investigador está escribiendo no obedece a su propia inspiración sino a la de los investigadores y autores leídos, ello implica que cada idea o afirmación que se haga debe estar acompañada de la correspondiente cita.
Se corre el riego, en la elaboración del marco conceptual, de transcribir ideas o exponer conceptos como propios siendo de otros autores. A ello se le conoce como plagio, el cual es castigado en la mayoría de legislaciones del mundo. En Colombia el plagio está tipificado en la ley penal en donde se destaca toda una legislación sobre derechos de autor.
            Para no incurrir en plagio se recomienda una adecuada manera de escribir de tal forma que lo que se plasme en el papel sean las ideas propias, así estas sean apoyadas en otros autores. El parafraseo es una de las técnicas utilizadas, sin embargo, no resulta ilegal trascribir ideas de otros autores siempre y cuando se cite a sus fuentes.
            En la elaboración del escrito correspondiente al marco referencial se utilizan cinco formas de citas: citas textuales cortas, citas textuales largas, citas contextuales, citas de citas corta y citas de citas largas. La cita textual, como su nombre lo indica, es la transcripción textual de una idea del autor citado. La diferencia entre la cita textual corta y la larga estriba en el número de palabras que contiene la cita. Si la cita es menor a 40 palabras, la cita es corta y si es de cuarenta palabras o más, la cita es larga. La forma como se transcribe la cita depende de si es corta o larga. Si la cita es corta, se transcribe en el mismo párrafo, abriendo comillas de la forma como se presenta la cita de López de este escrito. En dicha página se citan palabras textuales de la autora (López,). Nótese que es en el mismo párrafo donde se hace la cita, solo que está entre comillas y al finalizar la cita, se cierra las comillas, se abre un paréntesis y se coloca el número de la página del libro de donde se extrajo la cita. En ese sentido, toda cita debe contener los siguientes elementos: apellido del autor, fecha de publicación de la cita, si ésta es corta se transcribe en el mismo texto entre comillas y se finaliza colocando el número de la página entre paréntesis.
          Las citas textuales largas se transcriben pero en renglón separado, en párrafo aparte, sangrado a la izquierda. No se abren comillas, pero si se señala el número de la página de donde se tomo la cita. Ejemplo de este tipo de cita es la primera que se hace de Méndez, en este texto.
             Las citas contextuales son aquellas en que el autor que hace la cita confunde sus ideas con las del autor citado. En este tipo de escrito no es clara la cita, por lo tanto no se sabe donde empieza dicha cita, por lo tanto va dentro del texto y no se encuentra entrecomillada. Un ejemplo de este tipo de cita es la que se hace de Méndez de este escrito, que no es textual. En ella, el nombre del autor aparece entre paréntesis acompañado por el año en que se escribió el texto. Nótese que en esa cita no aparece el número de página. La razón de ello es que la cita es una combinación entre lo que dice Méndez, (2002) y las ideas de quien escribe estas líneas.
            Las citas de citas son exactamente iguales a las citas textuales, es decir, pueden ser costas o largas, dependiendo del número de palabras. La diferencia entre las citas textuales y las citas de citas, es que éstas ultimas están antecedidas de la expresión Fulano, (año), citando por Sutano (año). Un ejemplo de este tipo de cita es la que se hace de Ladrón de Guevara, (1978), en la página 3 de este escrito.
            Por ultimo, cabe señalar que todas las referencias bibliográficas que aparecen en el marco de referencia deben estar en la bibliografía y viceversa.
  Referencias bibliográfica
Ardila, R. (1993) La síntesis experimental de la conducta. Bogotá: Planeta
Boring, G. E (1978) Historia de la psicología experimental. Bogotá: Trillas
López, C. (2008) La ruta de la expansión paramilitar y la transformación política de Antioquia, 1997 a 2007, Autores varios (2008) en Para política. La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos. Bogotá: Intermedio Editores.
Méndez., C. (2002). Metodología. Diseño y desarrollo del proceso de investigación. 3ª ed. Bogotá: McGraw-Hill
Zinser, O. (1989) Psicología experimental. Bogotá: McGraw-Hill